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Publicado el 6 de noviembre de 2025 a las 14:16

La gestión del intendente Sebastián Carbajal en Calingasta atraviesa un escenario inédito: una salida de funcionarios prácticamente constante desde diciembre de 2023 hasta hoy. Con Carbajal próximo a cumplir dos años de mandato el 10 de diciembre, el recuento es contundente: quince funcionarios dejaron el gabinete municipal, un promedio de una baja cada mes y medio. Un ritmo que, lejos de desacelerar, volvió a acelerarse en las últimas horas.
La última salida confirmada es la de Elba Carbajal (sin parentesco político directo con el intendente), quien hasta ayer se desempeñaba como directora de Acción Social. Oriunda de Barreal, la funcionaria aseguró que no renunció, sino que fue apartada de manera abrupta y sin explicación formal. Sus palabras, dichas en reserva, sintetizan el clima interno: “Me echaron sin fundamento”. Su foto en el último acto público que compartió con el intendente contrasta con el cierre repentino de su ciclo.
El caso de Carbajal se suma a una lista larga que incluye a Carlos Perelló, que duró apenas mes y medio como secretario de Obras y Servicios; Daniel Anes en Hacienda; Carlos Riveros en Cultura; Edgardo Aballay en Agricultura; Oscar Gallardo y Marco Liciardi en Energía; Carlos Cortés en la delegación barrial; Javier Sierra en Administración; Daniel Rocco en Prensa y Protocolo; Joel Aguilera en Obras; Nicolás Segovia en Ganadería; Silvana Pizarro, también en Acción Social antes de la propia Carbajal; Mauro Olivera en Turismo, entre otros. Algunos estuvieron semanas, otros unos pocos meses, y todos comparten el mismo destino: quedar fuera del gabinete sin demasiada explicación pública.
La estructura municipal hoy se sostiene con apenas dos funcionarios originales de la gestión: el secretario de Deportes e Ignacio “Andy” Escuela, actual secretario de Gobierno, considerado por buena parte del propio oficialismo como el hombre fuerte detrás de Carbajal, el articulador real de la toma de decisiones. Esa percepción, repetida con insistencia en el ámbito político local, alimenta el diagnóstico de un municipio con poder interno desordenado y una conducción debilitada.
En reemplazo de Elba Carbajal fue designada esta mañana Elizabeth Herrera como nueva directora de Acción Social. Su llegada no solo completa un vacío, sino que expone el tono de época dentro del gabinete: más que asumir una gestión, parece asumir un riesgo. En Calingasta, cada designación se vive como un desafío de supervivencia administrativa. El antecedente inmediato es lapidario: la última directora del área no duró dos meses.
Herrera enfrenta ahora el desafío mínimo de sostener la continuidad hasta fin de año, un objetivo modesto frente al ideal administrativo, pero realista ante la volatilidad que atraviesa a la intendencia. Si logra superar los tres meses, superará el promedio general de estabilidad de su antecesora directa.
La situación se vuelve aún más compleja si se tiene en cuenta que Carbajal gobierna con un Concejo Deliberante que, según señalan desde el entorno, colabora poco o nada con la conducción municipal. El desgaste institucional, sumado al recambio permanente de su equipo, deja la sensación de un municipio atrapado en una crisis de gestión que no logra cerrarse.
Por lo pronto, la designación de Herrera suma un nombre más al mapa inestable del gabinete local y abre un nuevo interrogante: cuánto tiempo podrá sostenerse en un contexto donde la permanencia parece la excepción y no la regla. Desde GS Media, el deseo es simple y sincero: que la nueva funcionaria pueda trabajar con estabilidad, claridad y respaldo. En Calingasta, hoy, eso ya sería un logro.