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Publicado el 14 de noviembre de 2025 a las 14:22

La previa de la Fiesta Nacional de la Tradición en Jáchal quedó atravesada por un inesperado foco de tensión política y ambiental. En las primeras horas del jueves, un grupo de integrantes de la Asamblea “Jáchal No Se Toca” se manifestó en la puerta del municipio para exigir explicaciones por la falta de controles oficiales sobre la calidad del agua del río Jáchal. Poco más de veinte personas intentaron ingresar al edificio municipal, aunque finalmente fueron recibidas por el secretario de Gobierno, Juan Pablo Dara, y por Ariel Espejo, integrante del círculo cercano del intendente.
El reclamo no es nuevo, pero estalló en un momento clave: la llegada de miles de visitantes al departamento para el evento cultural más importante de Jáchal. Los asambleístas señalan que desde hace dos años el municipio no cumple con los análisis de agua que debía realizar en convenio con la Universidad Nacional de San Juan. Aseguran que existía un acuerdo para que equipos técnicos de la UNSJ monitorearan distintos puntos del río y del acueducto, una tarea considerada esencial en un departamento donde históricamente la discusión por la calidad del agua genera sensibilidad social.
En ese contexto, la Asamblea insiste en que el agua del río nunca fue apta para consumo humano debido a su alta mineralización natural, principalmente por la presencia de boro y arsénico, componentes que provienen de la propia geología del cauce. Sin embargo, el conflicto actual se alimenta de una preocupación adicional: la aparición de peces muertos en la zona del dique Cuesta del Viento, situación que se repite desde hace diez días y que aún no tiene una explicación oficial definitiva.
Desde el Gobierno provincial se deslizó que el fenómeno podría responder a una disminución de oxígeno en el agua, pero los asambleístas rechazan esa versión y sostienen que cuentan con pruebas que contradicen esa hipótesis. En sus redes sociales denunciaron además que uno de sus posteos sobre el tema fue “bajado” de Instagram, lo que incrementó el malestar y alimentó sospechas de intento de censura.
El clima terminó por escalar justo en el día inaugural de la Fiesta de la Tradición, un momento en el que Jáchal es observado por toda la provincia. Para los manifestantes, la oportunidad era estratégica: “Si queremos que nos escuchen, este es el momento”, expresaron durante la protesta.
Mientras la Municipalidad intenta contener la escalada y ofrecer respuestas, la Asamblea vuelve a ocupar la escena pública local, reactivando un debate que se arrastra desde hace más de una década en torno al control ambiental, el impacto de las actividades extractivas y el rol del Estado en la fiscalización del agua. El reclamo vuelve a poner en evidencia que, aun en tiempos de celebración, la conflictividad socioambiental en Jáchal sigue tan viva como siempre.