El Foro de Abogados de San Juan atraviesa uno de los momentos más intensos de los últimos años. Lejos de ser una simple elección institucional, la disputa interna se transformó en un escenario donde se reflejan intereses políticos, afinidades con sectores del Poder Judicial y viejas rivalidades que resurgen con fuerza.

A medida que se acercó el cierre de listas, los movimientos se multiplicaron en despachos y estudios jurídicos. Las conversaciones cruzadas, las llamadas de último momento y las negociaciones silenciosas mostraron que lo que está en juego va mucho más allá de la conducción del foro: se trata de quién tendrá voz y peso en un ámbito que, históricamente, ha sido termómetro y actor influyente dentro de la justicia sanjuanina.

Las distintas agrupaciones que buscan disputar la conducción representan también visiones distintas sobre el rol del foro. Algunos sectores promueven un perfil más institucional y técnico, orientado a la defensa de los matriculados y la modernización del sistema. Otros, en cambio, buscan consolidar una estructura con mayor incidencia política, capaz de intervenir en los debates judiciales y en la relación con la Corte de Justicia.

Lo cierto es que la elección se da en un contexto de creciente desconfianza hacia el Poder Judicial, atravesado por cuestionamientos sobre designaciones, ascensos y manejos internos. En ese escenario, el Foro de Abogados aparece como un espacio donde se canalizan esas tensiones, con dirigentes que buscan diferenciarse de los vínculos con la política partidaria, mientras otros los asumen como parte inevitable del juego de poder.

El resultado de esta elección no solo definirá la conducción del foro, sino también el equilibrio de fuerzas dentro de la comunidad jurídica sanjuanina. Una pulseada que, más que corporativa, es profundamente política. Porque en San Juan —como en tantos otros lugares— la justicia nunca está completamente ajena al poder.