En diálogo con Es Lo Que Hay, el economista Mariano Cáceres analizó el delicado escenario monetario y financiero que atraviesa la Argentina en la antesala de las elecciones. En un contexto marcado por la falta de divisas, la intervención del Tesoro estadounidense y la incertidumbre cambiaria, Cáceres planteó que “el pensamiento hoy es exclusivamente financiero” y que la recuperación de la actividad económica deberá esperarse recién para el año próximo.

“El jueves se acabaron los dólares del Tesoro. Y como el viernes fue feriado, no hubo intervención. Desde ese momento tuvo que empezar a hacerlo el Banco Central, pero ya había gastado mucho en la previa y no recompuso reservas”, explicó el economista.

Según Cáceres, la situación cambió de manera “rara o distópica” cuando el Tesoro de Estados Unidos decidió intervenir en el mercado cambiario argentino, generando un impacto inmediato: “Si uno tiene que jugar una pulseada con el Tesoro norteamericano, pierde. Ellos tienen dólares infinitos para nuestra lógica. Por eso es difícil ponerse enfrente: el que intenta especular termina perdiendo”.

El economista señaló que actualmente hay operadores privados vendiendo dólares para hacer “carry trade” de cara a las elecciones, aprovechando las tasas de interés altas, que en algunos instrumentos “ya rondan el 75%”. Esa cifra, según indicó, refleja “la escasez de pesos y el desconcierto sobre cómo armar el escenario de acá hasta las elecciones, y de las elecciones para adelante”.

Respecto del apoyo de Washington, Cáceres destacó que aún falta saber si se trata de un acompañamiento coyuntural o de una herramienta de largo plazo: “Si el apoyo es real y sin letra chica, es una buena oportunidad para construir un esquema cambiario sostenible, que equilibre importaciones y exportaciones. Pero si solo sirve para aguantar hasta marzo o abril, será volver a patear los problemas hacia adelante”.

El economista remarcó además que el tipo de cambio de equilibrio el valor teórico del dólar que equilibra la economía se ubicaría en torno a $1.800, aunque podría alcanzar $2.500 según el cálculo y los agregados monetarios considerados.

“Eso no significa que el dólar deba ir a cinco mil. Pero sí que el actual está atrasado. Y si se dispara sin control, el golpe inflacionario sería muy fuerte”, advirtió.

Cáceres consideró acertado que el Gobierno haya descartado una dolarización, y advirtió que lo que viene dependerá tanto del resultado electoral como de las señales que surjan del encuentro entre el presidente argentino y su par estadounidense, que se desarrollaba este lunes en la Casa Blanca.

Finalmente, planteó que más allá del auxilio financiero que pueda llegar, el desafío sigue siendo interno: “No solo depende del apoyo que nos den, sino de lo que decidamos nosotros. Si hubiésemos acumulado reservas en abril, mayo y junio, hoy no estaríamos en esta situación. El riesgo país sería más bajo y habría menos volatilidad”.