El 7 de septiembre el papa León XIV proclamó santo a Carlo Acutis, el joven italiano conocido como “el millennial de Dios”, en una ceremonia histórica que también incluyó la canonización de otro joven del siglo XX.

En diálogo con Es lo que hay, el padre Andrés Riveros, de la Catedral de San Juan, destacó la relevancia de este acontecimiento para la Iglesia y, en particular, para la juventud: “Carlo Acutis nació en 1991, fue un adolescente común, apasionado por la tecnología, el fútbol y la vida cotidiana, pero con un corazón profundamente unido a Cristo. La Iglesia lo reconoce como modelo para los jóvenes del siglo XXI”.

El sacerdote explicó que el proceso de canonización requiere la verificación de milagros y hechos sobrenaturales, y resaltó que lo valioso en este caso es que Acutis vivió su fe con naturalidad: “Guardaba el dinero de su merienda para dárselo a los pobres, participaba de la misa diaria y buscaba amar a Dios en lo sencillo. Eso demuestra que la santidad está al alcance de todos”.

Además, señaló que la figura del nuevo santo rompe con la idea de los santos como “superhéroes”: “Hay fotos y videos de Carlo en actitudes típicas de un joven, posando o sacando la lengua. Eso nos recuerda que la santidad no es un ideal inalcanzable, sino una forma de vivir en plenitud”.

Finalmente, reflexionó: “La palabra santidad se traduce como felicidad. Un santo es alguien plenamente feliz. Si no buscamos la felicidad en nuestra vida, terminamos siendo personas muy tristes. La santidad, como la felicidad, es un camino abierto para todos”.