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Publicado el 30 de junio de 2025 a las 14:18

Durante la emisión de Es lo que hay, el analista internacional Gustavo Segré brindó definiciones sobre el presente político, económico y social de Brasil. Apuntó sobre el gobierno de Lula Da Silva, lo acusó de estar desconectado de la realidad.
Segré sostuvo que el actual presidente brasileño «volvió analógico en plena era digital», y explicó que gran parte del electorado que lo eligió en 2022 no lo hizo por convicción, sino por rechazo a Jair Bolsonaro. “No votaron a Lula porque les gustaba, sino porque no soportaban a Bolsonaro”, afirmó.
El analista recordó que en sus primeros dos mandatos, Lula había alcanzado una aprobación altísima —más del 80%—, pero que su regreso al poder fue impulsado más por el miedo que por la esperanza. “Esa parte del electorado hoy siente que ese voto fue traicionado. Y se refleja en la última encuesta de Datafolha: el 56% de los brasileños dice sentir vergüenza de Lula”.
Otro de los puntos críticos del análisis de Segré fue el descontrol del gasto público. Mencionó que la primera dama ya ha realizado más de 90 viajes oficiales, muchos en aviones de gran porte y con comitivas pequeñas, sin rendir cuentas claras.
A eso se suma el aumento de impuestos. “Desde que asumió, Lula implementó un nuevo impuesto cada 37 días. Eso, aunque la inflación general esté controlada, se siente fuertemente en el bolsillo de los sectores populares”, advirtió. Según detalló, el precio de los huevos subió un 100% y el del café, un 80%.
También se refirió a la cercanía del gobierno brasileño con regímenes como Irán, Venezuela, Rusia y China. “Lula le pidió a Xi Jinping que le enseñe cómo regular las redes sociales. Y eso no es un invento. Es real”.
Consultado durante el programa sobre la posibilidad de que surja un outsider como Javier Milei, Segré fue tajante: “Por ahora no. El poder real en Brasil lo tiene el ‘centro’, un bloque del centro que domina el Congreso y los municipios”.
“En Brasil, como en gran parte de América Latina, la izquierda no deja sucesores. Y Lula tiene 80 años. Con un 56% del país que dice sentir vergüenza de su figura, no gana una elección”, sentenció.
Por último, Segré analizó por qué Brasil dejó de ser una presencia masiva en los destinos turísticos argentinos. Explicó que mientras el real se devaluó un 27% en 2024, el peso argentino se apreció un 8%. Esa combinación, dijo, encareció en un 35% los costos para cualquier brasileño que quiera visitar Argentina.
“La relación cambió. Hoy Buenos Aires dejó de ser barata. Un plato común en San Pablo te cuesta 50 reales. Lo mismo que un menú similar en la capital argentina”, cerró el analista.